Desde aquí puedo veros,
escucharos también puedo,
desde aquí puedo amaros
pero, tocaros nunca podré.
Estáis, a la vez que aquí
a miles de kilómetros de mí,
distancia, ¡ay!,
en gruesos vidrios condensada;
invulnerables, como el tiempo,
hacen del presente, lejano recuerdo.
Estáis a miles de kilómetros de mí
porque nunca podré salir.
Aquí lo tengo todo,
todo menos aire respirado,
todo menos el tacto de unas manos,
todo menos la brisa de un suspiro.
Aquí todo lo tengo,
todo desinfectado
todo funcional
y acondicionado,
todo perfectamente estudiado.
Crece el ansia de salir,
¿escapar quizá?
salir y vivir un segundo
y morir contaminado.
R.
R.
Recorrí el camino de tus poemas en estas entradas, me detuve en algunos, penetré en el interior de ella, absorbí verso y respiré el fuego de su autor, se condensó el aire en el cristal de mis gafas... Y pensé de nuevo mientras volvía a leer esta estrofa:
ResponderEliminar"Aquí lo tengo todo,
todo menos aire respirado,
todo menos el tacto de unas manos,
todo menos la brisa de un suspiro."
Entonces escribí una parte de un poema que lo inspiraba:
Se tiene todo y no.
Y algunas veces se piensa en nuestro propio egoísmo dañino,
porque somos así de huérfanos de historias verdaderas o..., ¿lo son?
¡De alas que lo fueron
de sueños que se van!
¡Qué recogemos de esas nadas para abrazarnos a solas,
temiendo despertarnos
si acaso son verdad!
Un beso, poeta.