En verso libre, esta composición retrata cómo, tras la sanación, no es fácil reconocerse en la persona atormentada que éramos. Afortunadamente, la poesía es también buena medicina para los males del espíritu humano.
No consigo comprenderlo.
Ahora queda tan lejano que me cuesta siquiera imaginarlo;
¡no quiero aceptarlo!
Pero, en el fondo, sé que ése era yo.
Sobrevolaban mi cabeza delirios,
como gaviotas
sin rumbo
con estruendo…
como gaviotas
sin rumbo
con estruendo…
mientra los miedos se arrastraban
por pequeñas galerías excavadas por topos ciegos…
muchas veces ambos navegaban por mis venas,
empapados de rojo, enfriando mis latidos,
acechando,
esperando que muriera.
por pequeñas galerías excavadas por topos ciegos…
muchas veces ambos navegaban por mis venas,
empapados de rojo, enfriando mis latidos,
acechando,
esperando que muriera.
Han pasado pocos meses y casi una vida.
No consigo comprenderlo;
ahora es tan inverosímil como la sed para quien ya bebió,
como el olor del mar en esta meseta.
No consigo comprenderlo;
ahora es tan inverosímil como la sed para quien ya bebió,
como el olor del mar en esta meseta.
Sé que era yo, el prisionero de miedos,
azotado por presagios que nunca se cumplieron
pero que cada día aguardaban
para asaltar mis sueños desde dentro.
azotado por presagios que nunca se cumplieron
pero que cada día aguardaban
para asaltar mis sueños desde dentro.
Ahora, ahora…
El futuro aún no es ahora,
el pasado no me pertenece ya,
sé que era yo pero ya no lo soy más.
El futuro aún no es ahora,
el pasado no me pertenece ya,
sé que era yo pero ya no lo soy más.
Ahora puedo ver
los engranajes de metal dentro del tronco de los árboles.
Puedo ver
como suspendido a mucha altura, desde el cielo…
puedo ver
por los polvorientos caminos de una vieja tierra
viajar, cual rebaños,
olvidados sueños
y esperanzas muertas.
los engranajes de metal dentro del tronco de los árboles.
Puedo ver
como suspendido a mucha altura, desde el cielo…
puedo ver
por los polvorientos caminos de una vieja tierra
viajar, cual rebaños,
olvidados sueños
y esperanzas muertas.
Todo ello queda atrás, unos meses atrás
toda una vida de conflicto entre pasión y prudencia
-¡qué difícil tomar partido!-
toda una vida de conflicto entre pasión y prudencia
-¡qué difícil tomar partido!-
No puede ser la vida una cadena
de presentes huérfanos de recuerdos,
preñados siempre de amenazas
y de miedos…
¡Fuera de mí el invierno!
de presentes huérfanos de recuerdos,
preñados siempre de amenazas
y de miedos…
¡Fuera de mí el invierno!
Y… sin embargo ¿cómo calificar el hecho de estar todavía aquí
donde no quiero estar?
¿y continuar únicamente soñando con estar allí
donde quiero estar?
donde no quiero estar?
¿y continuar únicamente soñando con estar allí
donde quiero estar?
La palabra no me gusta, pero sólo hay una.
¡Cuánto más dulce sería la vida
si, además de haberlo deseado,
hubiese logrado estar muerto!
¡Cuánto más dulce sería la vida
si, además de haberlo deseado,
hubiese logrado estar muerto!
R.
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