No escapes, amiga, no escapes del verso, no te fundas en su sombra, que el brocal de la fuente nos espera, queda y muda en su canto, ahora, mientras tú y yo llegamos, como luz, como verbo, como llama, estampa de otro tiempo, de otra era, poema que derrita los sueños en sus aguas congelados. Deja que rece en ti, en ti ponga palabras que son ondas, ondas de versos, hondas en amor; deja como un rizo goloso sobre el rostro resbalar tus estrellas en mi cielo; consiente dibujar a mis dedos en tu espalda la luna o los caballos o los trenes. No escapes, amada, no escapes del verso y fúndete en su luz sonora, que cante como ayer la muda fuente.
(P.F., Aguadulce, enero de 2010)
Sencillamente hermoso!... Me encantaron estos versos!.
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