Hay un resto de noche junto al día que empieza.
Hay un resto de noche de perfil,
próximo a la piscina. Su ojo
es el punto de fuga del jardín,
su silueta forma sombras chinas sobre el muro,
enjaulada por verjas
que el reflejo del agua hace temblar.
Hay un resto de noche de perfil
despeinando muñecas
cerca del mediodía.
Y de pronto abanica
el aire que lo encierra
y callan las chicharras un instante.
También hay una niña,
está tumbada al sol, sobre la hierba.
Y hay un resto de noche de perfil,
tal vez (si le dejara) besaría sus ojos.
Pero la niña duerme,
de momento el cuervo no es más que un pájaro.
Del libro Suponiendo la cicatriz como posibilidad de la herida(Amargord, 2010)
por Rebeca Álvarez Casal del Rey
Hey, hola. Soy Alex, del diario de un chico trabajador. Vi tu comentario allá y pasé a visitar tu blog. ¡me gustó este poema! ¡También me gusta escribir poesía! Este, en especial, me gustó, y más por la última imagen de las sombras chinas en la pared.
ResponderEliminarUn abrazo y seguimos leyéndonos.
... resto de la noche de perfil...
ResponderEliminarRebeca y su ojo abierto y cerrado. Me gustaría que te volvieras a pasar por aquí y disfrutarte más
Mar i bel Valdivia Palma
... resto de la noche de perfil...
ResponderEliminarRebeca y su ojo abierto y cerrado. Me gustaría que te volvieras a pasar por aquí y disfrutarte más
Mar i bel Valdivia Palma
Gracias Alejandro y Maribel por vuestros comentarios. Y gracias Ramón por hacerme un hueco en tu blog.
ResponderEliminar