De luz, viento y espuma
dicen que nació la musa
y de enamorados ojos
que queriendo ver la Luna
no supieron mirar solos.
También llanto y amargura
son las alas de la musa
y dolor y muerte lenta
la visten y la desnudan;
se aleja cuando se acerca
¡si le hablas no te escucha!
Inconstante es la musa
entre el amor y la muerte
entre la resta y la suma...
Y te besa cuando duermes
para que la creas tuya.
De suspiros es la musa
que brotan en los renglones
cargados de tinta muda,
de ausencias en las noches.
Muestra menos que oculta
ya que mujer es la musa
y, si alguna vez la miras,
encenderá tu lujuria
por siempre o mientras vivas.
Gran goce o cruel tortura
es el rastro de la musa
que errante sigue el poeta
cuando emociones oscuras
palpitan sobre su mesa,
ansiosas de sol o luna,
del destello de la musa
que sobre el papel arroje,
en fugaz arquitectura,
el verso aquel que esconden.
R.