Scherezade
se iba haciendo mayor y sus silencios sonaban ahora más que sus
palabras.
Sus
cuentos seguían siendo nuevos y continuaban
sin acabar de acabar
Y
cuando el silencio, que siempre había estado ahí, retumbaba tan
alto y se callaba tanto, Sherezade sentía nacer el peligro
antiguo la desaparición
Pero
él también había aprendido a escucharlo
y
disfrutaba de este silencio del silencio interumpido en la voz que
sonaba y en la que no , como si hubiera
sido él el final aplazado de los principio eternos
A
veces temía que ella fuera a hablarle con su voz
y despertara con su ausencia y el final de su existencia:
pero
siempre caía la noche a tiempo y así iba a ser, siempre, mientras
durara
El
califa se había hecho mayor y probó un día con su última claridad
a recordar uno por uno todos los cuentos y , para su sorpresa,
Scherezade le escuchaba embelesada cada noche cómo pronunciaba
nuevos los silencios que ya habían estado ahí y ahora sabía se
irán , siempre, para volver y acabar las historias con final por el
comienzo.
YA NO HAY TEMOR
(C) Mar i bel Valdivia Palma
Mayo 2012