Existo tal vez para amar tus sueños,
para escribir los versos que te conforman;
puedo ser huella, sin más
sólo suelo para tu sombra.
Imito tu pelo con torpes caligrafías,
en sonoros renglones me enredo
para acariciar la pendiente de tus caderas,
buscando besar con mis manos, tus senos.
Imagino al azar tejiendo
carambolas durante siglos
con el único fin de vernos
pasear hoy
de la cintura prendidos,
de vernos
a ti viva
a mí, escribiendo...
Me hablas de otros mundos
por las mañanas;
en el desayuno
acaricias las palabras con tu voz,
con tus pestañas;
¡qué fácil es amar tus sueños!
empapados de ti,
ahuecados, amoldados al curvo universo
de tus ojos,
de tus ojos.
Es cosa de poetas decir que el amor dulce
no es amor,
que a escondidas duele el deseo
agitado y amargo,
cargado de preguntas que alimentan miedos.
Pero yo existo para amar tus sueños
que son eso de ti que no sabemos,
son la belleza que te sale desde dentro.
Las preguntas del deseo suenan ahora más calladas,
el tiempo se acumula en la memoria.
De pronto me entristece
el luto de las respuestas,
el tic tac de los vestidos que viene a empujarnos.
Saldremos a la calle
quebrada de estruendos,
tú a repartir la vida que te sobra
yo a esperar que te ilumines
luego, cuando te quites la ropa;
ser de nuevo
sólo suelo para tu sombra.
R.
Buen canto a la alegría.
ResponderEliminar"Es cosa de poetas decir que el amor dulce
ResponderEliminarno es amor,
que a escondidas duele el deseo
agitado y amargo,
cargado de preguntas que alimentan miedos."
El bueno existir para amar aunque se sea eso miedos . Me ha gustado.
Gracias por tu regalo, es un honor y demás con ese lazo de las tres palabras finales.
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