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Fotografía del autor (2007) |
Adornada de adelfas que intoxican
el aire y mi mirada
huye y aguarda la carretera;
bastó una palabra tuya
(Ven, es palabra muda)
para hacer de mi cuerpo frontera,
el antes y el luego juegan
a escondidas en mis venas.
Delante y detrás sigue el asfalto.
Marciales limoneros repiten sin cesar
las mismas joyas, a cientos.
Codicioso, disperso yo mis ojos
como haré esta noche ante las estrellas
como haré después frente a tus senos.
Sé que llegaré a nuestro lugar
allí donde a simple vista se desnuda
el secreto ciudadano de las fases de la luna,
donde se hace más poderosa
la llamada orgullosa de tu sexo,
donde el aroma a jazmines borra
los viejos pudores viejos.
Donde a ti y a mí nos queda
amor tras el deseo.
Ven... me dirás,
cierra esos ojos llenos.
Ven, me dirás
y ya no habrá luego.
R.
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